Reflexiones sobre el vacío por Jaume Montserrat Carvajal
En mi último proyecto Autostop hablé de
mi viaje por Sur América en 2010. Lo que nunca conté, y hoy en día os
desvelo, es el insólito sitio en el que me desperté en el vuelo de
vuelta en algún lugar entre Miami y Madrid...
Se trata de una isla, o eso sobreentiendo por su ubicación, en la que, como mayor peculiaridad viví un mes en un espacio-tiempo vacío, vi salir 29 veces el Sol, pero cuando volví a Madrid seguía siendo el mismo día. Como si del Arca de Noe se tratase sólo había un animal de cada especie. Animal asexual e inmortal. Animales vacíos todos ellos. No comían porque no lo necesitaban y por tanto, al prescindir de la obligación de alimentarse, para muchos de ellos, eso suponía prescindir de cazar o ser cazados. Vivían en una constante fauna de seres simbiontes donde todos se ayudan entre ellos. Los más pequeños, como por ejemplo los reptiles, se agarraban fuertemente a grandes mamíferos para que no se los llevara el viento.
Se trata de una isla, o eso sobreentiendo por su ubicación, en la que, como mayor peculiaridad viví un mes en un espacio-tiempo vacío, vi salir 29 veces el Sol, pero cuando volví a Madrid seguía siendo el mismo día. Como si del Arca de Noe se tratase sólo había un animal de cada especie. Animal asexual e inmortal. Animales vacíos todos ellos. No comían porque no lo necesitaban y por tanto, al prescindir de la obligación de alimentarse, para muchos de ellos, eso suponía prescindir de cazar o ser cazados. Vivían en una constante fauna de seres simbiontes donde todos se ayudan entre ellos. Los más pequeños, como por ejemplo los reptiles, se agarraban fuertemente a grandes mamíferos para que no se los llevara el viento.
Deduzco pues, que en ese espacio todos
éramos vacíos e inmortales, dos sensaciones difíciles de asimilar. Me
dediqué a esbozar y analizar lo que me rodeaba, que en este caso no fue
mas que: Animales Vacíos. Aprendí a vivir con ellos, sin preocupaciones,
sin necesidad de alimentarme. Vacío y lleno. Y me perdí reflexionando
sobre la existencia de un Dios, y en dicho caso de cómo sería; de si se
tratase mas bien de un proceso evolutivo darwiniano en una realidad
paralela, o simplemente a disfrutar de la libertad del vacío. Al llegar a
Barcelona decidí encerrarlos en un cajón y no contarle nada de esto a
nadie y es ahora, dos años mas tarde, tras tratar muchas veces, de forma
inútil, de regresar allí, he llegado a la siguiente conclusión: si yo,
que ya he estado allí antes no puedo regresar, nadie podrá ir. Y por
otro lado, si alguien ha oído hablar de este sitio que contacte conmigo.
El proyecto permaneció en la galería Escalera de Incendios( c/Parlament 26, Barcelona) hasta el 31 de julio de 2013